Protagonistas de su aprendizaje

Prof. Maria Jose Castilla Sastre, para Revista Sembrar Valores, (edición 73. Abril 2016)

Cuando las tareas escolares se convierten en un peso para los padres, estamos corriendo a nuestros hijos del lugar que les es propio.

“¡Ya mismo apagás la tele y te vas a hacer la tarea!”… Y nos sentimos un poco como la “Fiona” de Shrek, convirtiéndonos en ogros, cuando empieza a oscurecer.

En el mundo de la educación se debate acerca de las tareas. Existen cuestionamientos interesantes entre docentes e aprendizaje 1investigadores. La mejor actitud que podemos tener frente a nuestros hijos es aceptarlas, mostrarnos interesados y transmitirles la importancia y prioridad que tienen. ¿Qué queremos que ellos “se lleven” de las tareas? Yo lo reduciría a una palabra: protagonismo. Es como cuando les enseñamos a caminar, un proceso en el cual hay que equilibrar el acompañamiento y el sostén con la autonomía y la libertad.

 

El tiempo y el espacio

La realización de las tareas debería ser un tiempo de paz y tranquilidad, quietud y concentración.

Disponer de un espacio implica apropiárselo. No es imprescindible contar con una habitación especial; el solo hecho de cambiar el mantel de la mesa de una cocina o comedor puede ayudar, quitando todo lo que estorbe a la concentración. La clave es mandar un mensaje visual a nuestro cerebro: “Ahora es lugar de trabajo; es momento de dedicarse a los deberes”.

Como el viejo mensaje: Antes de cocinar, hay que asegurarse de tener todos los ingredientes y tenerlos a mano”. Con las actividades escolares sucede igual: podemos enseñar a nuestros hijos a anticipar los materiales que necesitarán para resolver una u otra actividad.

A medida que van creciendo, la organización de tiempos implicará ayudarlos a hacer una agenda semanal o mensual con fechas importantes, plazos de entrega, programas sociales (que limitarán el tiempo de tareas y por lo tanto deben ser tomados en cuenta) y otras actividades

 

Chicos protagonistas

“¿Alguno sabe cuál es la página del libro que hay que hacer para mañana?” Parece una pregunta lógica, si viniera de Lucas. Pero es el papá de Lucas el que pregunta, en el chat de padres del grado.

Las tareas apuntan a que nuestro hijo sea protagonista de su propio aprendizaje. ¿Cómo pasó que los padres los desplazamos de ese rol? ¿Se acuerdan cómo “nos las teníamos que arreglar por nuestra cuenta” cuando no entendíamos? Llamar a un compañero o recorrer la carpeta buscando actividades similares resueltas en clase, son actitudes de responsabilidad de las que no podemos desligar a nuestros hijos.

Las tareas son una oportunidad para el niño de enfrentarse en casa con actividades que realiza habitualmente en el ambiente áulico rodeado de pares y con el respaldo del maestro. Al encararlas “en la soledad del hogar” puede sincerarse consigo mismo sobre la verdadera comprensión de los contenidos.

 

Una ayuda inteligente

Lo nuestro es enseñarle a identificar las situaciones que puede resolver por su cuenta y sin ayuda, y aquellas que le generan mayor dificultad. Ayudarle a poner en palabras las dudas que le generan para que las disipe llamando a un par o escribiéndolas para preguntar al docente. Estrategias propias del “aprender a aprender”, desarrollando la competencia de la metacognición.

Las tareas son, para los padres, una ventana al aula, una oportunidad de proyectar a nuestro hijo envuelto en los quehaceres de su jornada escolar. ¿Puede permanecer sentado y enfocado hasta completar los deberes? ¿Lo notamos muy perdido al momento de resolver las tareas? ¿Puede retener y apropiarse de los contenidos trabajados en clase? Ante todo, sugiero que las tareas sean un punto de partida de diálogo con el docente. Él puede darnos más especificaciones y consejos para acompañar a nuestros hijos en estas tareas “del colegio en casa”.

 

Un desafío, un premio

Es duro para los padres que llegan tarde a sus casa, y comparten solo un rato con sus hijos, que este sea el de tarea, ya que puede generar tensión. A veces es necesario un estímulo externo. Lo ideal, como siempre en los sistemas de recompensa, sería que el estímulo esté directamente relacionado con el objetivo, que se sienta como una grata consecuencia de sus actos. “Si llegué a casa y la tarea ya está realizada, podremos aprovechar ese tiempo para, juntos, ir un rato al parque, jugar a la pelota, ver tu serie favorita o ¿por qué no? jugar a algún videojuego”. La clave para que este sistema funcione es cumplir con lo pactado.

 

… ¡Tiene un sapo en la barriga!

 

La merienda del recreo puede ayudarnos a reforzar distintas actitudes en nuestros hijos. ¿Qué situaciones genera y cómo aprovecharlas?

Prof. Maria Jose Castilla Sastre, para Revista Sembrar Valores, edición 72 (marzo 2016)

(Ver versión de la revista en Issu)

 

Les propongo cerrar los ojos unos instantes e imaginar a su hijo en el patio con su merienda en la mano. Se acerca algún compañero a pedir que le convide, o quizás lo quiere obligar a hacerlo. ¿Qué responderá él? A su lado, una compañera con sus galletitas favoritas ¿Sabrá pedirle amablemente? Y si se lo niega, ¿cómo reaccionará?

 

Empatía

Luchi vuelve del colegio de la mano de su papá. “Juan es malo, nunca me quiere compartir”, acusa. Mientras tanto, Juan está hablando con su mamá: “Luchi siempre me pide comida y me trata mal”

La percepción de los niños no necesariamente coincide con la realidad. Recordemos que durante el principio de la primaria siguen en una etapa evolutiva egocentrista. Es común que un niño de 6 años diga que una compañera “convidó a todos los demás  y sólo a él  le dijo que no”, aún cuando probablemente no esté viendo el panorama completo.

Como adultos podemos, a través de preguntas que inviten a la reflexión, ayudar a nuestro hijo a “ponerse en el lugar del otro”. Habrá que estar atentos a situaciones similares que se den en casa. También sirve hacer un juego de roles. Estaremos ayudándolo a empatizar, a percibir sentimientos ajenos.

 

Por primera vez

La merienda, junto con las cartucheras, es uno de los primeros contactos de los alumnos con el concepto de “propiedad privada”, un concepto social. Es lógico que necesiten ayuda para comprenderlo.

Muchas veces intentamos transmitir a nuestro hijo valores y actitudes como la generosidad y la solidaridad a través de donación de alimentos, dinero o ropa. Esta situación de recreo, cercana, más palpable, es mucho más significativa para ellos: comparten SU comida.

La merienda representa algo más que comida para el niño. Probablemente sea la primera vez que lleva al colegio algo que siente como propio para “administrar”. Esta situación se repetirá a lo largo de su vida incontables veces. Los bienes materiales son, también entre adultos, un mediador en los vínculos.

 

Decir que sí, decir que no

No sólo a compartir se aprende. A decir que no, también. “Mamá, no quiero llevar cosas ricas hoy, porque me van a pedir y no me va a quedar nada”. No todos los niños se animan a plantearlo así. Algunos comen a escondidas, o responden que “su mamá no le deja compartir”.

La merienda es un refuerzo necesario para la alimentación de nuestros hijos y alumnos, y así debemos transmitírselo a ellos. A veces nos olvidamos de ver el mundo con ojos de niño, y nos encontramos teniendo que aclarar cosas que habíamos dado por supuestas. Algunos chicos escuchan que deben “siempre ser generosos y compartir” y luego sufren mucho con la sensación de culpa que les genera querer negarse y la impotencia al no poder hacerlo.

“Decir que no”, salir de situaciones incómodas, soportar presiones, son actitudes que podemos trabajar junto con nuestros hijos desde pequeños. Es parte del proceso probar y equivocarse, para ir encontrando el modo de sentirse cómodos entre el compartir y el disfrutar. Para eso, es importante nuestro acompañamiento y mediación.

 

Aprender a pedir

“Esas galletitas son mis preferidas”, le dice Sofi a Fran con una mirada inquisidora.  “Quiero una galletita” o “Dame una galletita, por favor” son frases que se escuchan habitualmente.

Es notable que muchas personas, también adultas, olvidan pensar cómo pedir antes de hacerlo. Pocas veces nos animamos a probar preguntando “¿me convidás una?”, quizás por miedo a recibir una respuesta negativa. Pedir es, ante todo, preguntar, lo cual implica aceptar la respuesta del otro. No siempre nuestros hijos tienen en claro esto y se esfuerzan por usar “palabras mágicas” para luego enojarse ante la respuesta del otro.

 

Ayudar a nuestro hijo a “ver más allá de su nariz” (tomarse un momento para, a través de preguntas, ayudarlo a elaborar y analizar una situación)

·         ¿Quiénes (y cuántos) estaban involucrados en la situación? Nombrar a los amigos puede ayudarle a evitar el fantasma de “todos” y “nadie”.

·         Prohibir las palabras “siempre” y nunca”, para enfocarse en una situación concreta.

·         ¿Por qué será que tu compañero actuó así? ¿A alguien más le habrá respondido igual? ¿Cómo reaccionaron los compañeros frente a su respuesta?

·         Invitarlo a preguntar al compañero el “por qué” de su respuesta, en lugar de suponer.

 

 

Algunas soluciones creativas: (podemos ayudar a nuestro hijo a armar su propia lista, a medida que las va poniendo en práctica)

·         Antes de repartir, separar lo que comerá él

·         fijarse cuántos compañeros le piden y así partir la comida de forma que alcance para él también

·         saber anticipar cuándo le pedirán varios y tendrá que prepararse para decir que no sin más remedio

 

 

“El país de la geometría”, COLAGGE INTERACTIVO (Proyecto #Edutransmedia)

Nos animamos a participar en el proyecto Edutransmedia.

Ya que estabamos introduciéndonos en geometría: figuras y cuerpos geométricos, cuando me enteré de la propuesta, y al ser una de las fuentes propuestas el cuento de Maria Elena Walsh, “El pais de la geometría”, intentamos sacarle el mayor jugo posible. Comparto el trayecto recorrido, breve pero muy interesante:

Jugamos Tangram con figuras geométricas. En equipos, cada alumno recibió un dibujo y debía armarlo con el Tangram. El primer dí los dibujos tenían trazadas las líneas de contorno de las figuras geométricas. Pensé que iba a ser un paso innecesario, y rápido de saltear, pero no. Realmente era una dificultad para los alumnos pensar, no solo en el reconocimiento, sino especialmente en la rotación de las figuras. Puesta en común de por medio, debatiendo las dificultades y sugerencias para “jugar mejor”, tuvieron otro día de juego en los mismos equipos, con mayor variedad de dibujos-desafíos. Lo que más rescaté de este juego fue la posibilidad que descubrieron de armar figuras a partir de otras figuras. Así, lo que parecía ser un cuadrado, podía armarse también con dos triángulos, etc, etc.

Jugamos a “Adivina cuál” con figuras geométricas. Un jugador (en principio fue el docente, y luego distintos alumnos) debía elegir de entre un grupo de figuras geométricas -que estaban a la vista de todos- solo una. El juego consistía en que los participantes debían descubrir de que figura se trataba, formulando únicamente preguntas con respuesta “sí” o “no”. Este juego permitió la explicitación de propiedades de las figuras, así como incorporación de vocabulario específico: vértices, lados, paralelos, etc.

– Escuchamos el cuento de María Elena Walsh, “El país de la geometría”. La primera vez, tan solo deje que lo disfruten. Luego hicimos un pequeño intercambio oral, al principio bien espontáneo (momento preferido, partes que no entendieron, etc) y los conduje a reflexionar el por qué del título. Luego de explicarles lo que es la Geometría, les propuse volver a escuchar el cuento, y recuperar las palabras ligadas a la geometría. Enseguida, les conté brevemente del proyecto Edutransmedia, y les propuse armar un colagge a partir del cuento escuchado. Tengo que decir que el grupo es muy entusiasta e inquieto, y realmente se prenden mucho frente a las actividades de proyectos que propongo.

– Pusimos manos a la obra. Lo primero fue una suerte de “borrador”; donde propuse dividir en tres nuestro diseño, y entre todos elegimos los tres mometos que representariamos del cuento. De esta manera tambien, implicitamente trabajamos la estructura de una secuencia narrativa convencional: introducción, nudo y desenlace. Claro que el lenguaje en que se manejaron fue en términos del personaje principal: el compás triste, que no tiene la flor redonda; enojado y dándose por vencido durante la expedición; y feliz, finalmente, bailando y dibujando flores redondas.

– Para realizar el colagge, traje diversos materiales: cartón, revistas, hojas de colores, etc. y pedí el juego de cuerpos geométricos de madera, que distribuí entre todos luego de mostrar como nos servirían para obtener figuras, apoyándolos y trazando el contorno. Fue una media hora de trabajo nomás, ruidos y algo desordenada, pero, gracias al compromiso que sentían lo alumnos hacia su producción, realmente exitosa. Para ver la publicación de ese día, con fotos, click acá.

Jugamos “adivina cuál”, esta vez con los cuerpos geométricos. Asimismo, trabajamos en fichas del libro que permitieron la reflexión y sistematización de propiedades de los cuerpos geométricos: cantidad y formas de sus caras, cantidad de aristas y vértices.

– Fue aquí donde me entusiasmé con la idea de transformar el colagge en uno interactivo, que recreara el cuento no sólo a través de imagen, sino también con archivos de audio. Les conté mi idea a los chicos, mostrándole un ejemplo similar, en Thinglink. Obviamente, se entusiasmaron mucho con la idea, aún sin terminar de entenderla mucho, pero ya acostumbrados a trabajar con archivos de audio.

– Quedaba todavía bastante trabajo sobre el colagge, y para poder realizarlo en forma efectiva y poco tiempo, se me ocurrió plantearlo como una distribución de trabajos. Armé equipos de 2/3 alumnos, teniendo en cuenta afinidades y capacidades, y entregué a cada grupo una misión, a modo de consigna/objetivo. Debían leerlo y deducir qué debían hacer y con qué. Una vez asegurarme la comprensión de la consigna, cada equipo puso manos a la obra. Nuevamente destaco el compromiso del grupo, que permitió que este rato fuera muy productivo y entretenido (no recomendado para docentes que no toleren ruido y desorden, ese “caos lindo” que a mi me fascina) Las consignas estaban expresadas de forma clara, intentando dar el mayor margen posible a la creatividad para la resolución de las mismas. Publiqué en nuestro blog algunas fotos de este momento de trabajo.

– Debo mencionar que, además de los equipos de 2/3 alumnos, había un grupo de 10 alumnos a quién les di las misión de leer un fragmento de texto, explicándoles que luego los grabaría para incorporarlos a nuestro colagge multimedia. Los deje un rato leer y releer, probamos leer con expresiones: enojo, preguntas, suspenso, etc. Luego los fui llamando de a uno, a un ambiente mas silencioso, donde los grabe con el celular. Casi todos pidieron regrabarse luego de escucharse, lo cual demostró la importancia de escucharse leer para mejorar la lectura (doy fe que hubo una gran mejora entre la primera versión y la segunda de cada grabación) Ya en mi casa, subí todos los archivos a mi cuenta de SoundCloud.

– Finalmente, con ayuda de un proyector, publicamos el colagge a través de Thinglink e insertamos uno a uno los archivos de audio de SoundCloud. Si bien ya habíamos usado ambas herramientas, esta vez me propuse realizar una jornada algo más intensa, donde explorásemos más el uso de las mismas. Por eso, hice pasar a distintos alumno y entre todos iban dandole las instrucciones para el embebido de los audios. Explicitamos algunas estrategias básicas como “copiar” y “pegar” (la URL, en el portapapeles), obtener el link del archivo a través del icono “compartir”, el uso de pestañas del explorador para navegar, etc. Conocimientos que uno cree ya tiene claros, pero al explicitarlos y enfrentarlos descubre que nunca está de más reflexionar sobre ellos.

-Ya el colagge está publicado en el blog, no queda más para decir ¡Que lo disfruten!

TRANSFORMANDO LO DIGITAL EN HIPERMEDIAL

En a entrega de esta semana del postítulo de FLACSO, se nos asignó armar un remix, hipermedial, en torno a un material. Yo elegi “El mundo de la magia” (ver material original) y lo transformé en “El mundo mágico de Robert Houdin”

A continuación, la fundamentación de mi trabajo, donde explicito destinatarios, objetivos, etc.

Imaginé esta secuencia en el marco de un proyecto para pequeños de fines de primer grado. El proyecto podría consistir en el armado de un libro de magia. En este caso, imagino el siguiente material como una introducción al proyecto. Sería conveniente que los alumnos ya tengan una noción de la vida de Robert Houdin y su importancia en el mundo de la magia.

Para la exploración del material, lo óptimo sería contar con una computadora cada 2 o 3 alumnos aproximadamente, así como también con un proyector o pantalla.

Dos fueron mis propósitos como docente en el armado de este material:

El primero fue romper con el formato lineal. Para ello, desarticulé el material como se aconsejaba, priorice y jerarquize, y me vi yuxtaponiendo y combinando cuánta diversidad de lenguajes textuales pude encontrar, explicitando las relaciones a través de la figura de Houdin (hilo conductor de todo el material) Creo que se refleja, en el remix logrado, el esfuerzo por involucrar diferentes formatos, que puedan sentar cómodos a la diversidad de alumnos y sus formas de aprendizaje.

Además, me propuse transformar a los alumnos en prosumidores a través de herramientas colaborativas y así ellos puedan procesar y publicar conocimiento con sus compañeros. Quise crear un espacio distinto, sumergirme y sumergir a mis alumnos en otra lógica, guiándome en las ideas de no-linealidad, de un hacer permanentemente, reelaborar, en diferentes lenguajes y a través de distintos medios.

El desafío aquí fue someter el material y las herramientas involucradas a criterios de adecuación al destinatario:  alumnos de primer grado. Me encontré ante la necesidad de redefinir el concepto de “reelaborar”.  Según la definición de Kress, “escribir es producir un nuevo signo exteriormente, visible y comunicable”, por lo tanto, podríamos pensar en un concepto de “escribir, producir texto” no convencional (como es el mural de webwhiteboard.com, en el cual los alumnos son invitados a dibujar magos modernos y antiguos), y así permitir el acceso, la oportunidad de participar, tanto a alumnos que leen y escriben convencionalmente como aquellos que aún no.

Lo que me parece sumamente atractivo es como las elaboraciones de los alumnos, al realizarse en plataformas colaborativas, podrían intervienen, impactar, e incluso condicionar, la lectura, de sus pares con el material. El recorrido personal de exploración de cada alumno será, más que nunca, único e irrepetible. No sólo por el hecho de entender a la lectura como interacción del lector con el texto, sino además porque se agrega aquí la interacción de otro. Los recorridos personales se entretejen, enriqueciéndose uno al otro.

Sonrío imaginándome a los alumnos cruzándose de grupo en grupo, recomendándose los distintos aspectos del material, intercambiando las experiencias, contando lo que más les gusto.

Creo que como docente debemos fomentar este intercambio. Es más, para lograr un acercamiento rico de los alumnos al material, planificaría al menos tres momentos de exploración del material: uno de primer acercamiento invitándolos a recorrerlo libremente. Un segundo momento sería el de compartir el recorrido personal realizado (Aquí es donde tendría especial utilidad el proyector) Si queda un aspecto del material sin mencionar, el docente habrá de introducirlo, señalarlo e invitarlos a conocerlo. Finalmente,  en un tercer momento, los alumnos podrán volver al material a visitar las secciones que no recorrieron, así como repetir aquella que les gusto.

REESCRITURA DE UN CUENTO TRADICIONAL

En primer grado del Colegio Las Cumbres, estamos terminando un proyecto que involucra un cuento conocido y querido por todos… “Caperucita roja”. Este fue el camino recorrido:

– leímos varias versiones de Caperucita Roja, empezando por la de Charles Perrault. Ya desde el primer día surgió un debate sobre versiones de la historia, cuando un aluminio dijo que el cuento le parecía incompleto, porque faltaba que apareciera alguien a salvar a Caperucita.

A medida que leíamos una nueva versión, la íbamos registrando en un afiche en el aula, con el título y autor.

Entre las lecturas, incluí una versión “muda” de Adolfo Serra, una que generaba empatía hacia el lobo, de arma Wolf y la divertida historia de Pescetti, entre otras.

Ya habiendo leído las versiones elegidas, realizamos un trabajo en pequeños grupos que consistía en volver a leer una de las versiones y escribir una reseña de la misma. Para ello, les entregué una ficha con ciertas consignas, donde solicitaba título, autor, editorial, personajes, qué les generó (a elegir entre miedo, risas y tristeza), una sinopsis (antes -por supuesto- tuvimos una interesante charla para definir esta palabra nueva. Lo explicaron como: “contar de qué se trata el cuento, en forma corta, sin contar el final”) y contar cuál fue la parte que más les gustó.

Luego de compartir las reseñas, entre todos pensamos (a modo de lluvia de ideas en el pizarrón) que tiene que tener un cuento (nuestro cuento) para ser considerado una versión de Caperucita Roja. Aproveché para compartirles “Caperucita violeta”, una versión inventada por alumnos de primer grado de otro colegio, y volvimos a nuestra lluvia de ideas para verificar lo que habíamos pensado.

Ya en campaña de escribir nuestra versión, comenzamos a pensar ideas… En este sentido los andamio mucho haciéndoles preguntas en base a nuestra lluvia de ideas. Costó ponernos de acuerdo, costó aprender a ceder… Pero logramos una idea muy creativa. Mientras debatimos, yo iba “tomando nota” en forma de dibujo… Puro “visual thinking”… No siempre las notas tienen que ser un texto escrito, ¿no?

Y acá estamos todavía, ya terminando el borrador… Que luego revisaremos, editaremos y publicaremos 🙂 ¡Hasta entonces! Espero les sirva este camino compartido!

¡Ah! Vale la pena aclarar que entre las actividades específicas del proyecto intercalé ficha su juegos con la temática del cuento, con algún objetivo claro a trabajar. Por ejemplo, realizamos una actividad en parejas de dibujar la canasta de Caperucita (luego de descubrir que en las distintas versiones el contenido de la misma variaba) Para ello, debían sacar de una bolsa, papeles con ítems referidos a alimentos. Básicamente fue una actividad de lectura, en el cual el contexto permitía la anticipación lectora. No sólo se divirtieron mucho leyendo y dibujando, sino que después pudieron compartir sus producciones (¡todas distintas, según los papelitos que les hubieran tocado!)

También hice algunas fichas con escenas del cuento, donde debían buscar y pintar distintos objetos, o leer unas frases y decidir si eran ciertas o falsas.

Para recorrer el proceso, visiten nuestro blog de aula

¡”YO NO SÉ LEER”!

Esta publicación logró que me ponga en el lugar de mis alumnos no alfabéticos… ¿Qué sucede cuando me enfrento a un texto que, en principio, “no puedo leer”? Luego de perderle el miedo a lo desconocido, uno puede abordar y construir de a poco significados, ayudarse de lo paratextual para desentramar lo textual, descubrir palabras a partir de “señales” (como decimos en primer grado, “a veces, no necesito conocer todas las letras”)

LOS INVITO A PROBAR TAMBIÉN:

RESIGNIFICAR LA TOMA DE APUNTES… (¿en primer grado?)

(Donde retomo y dearrollo lo que empecé en el post “TOMAR APUNTES EN PRIMER GRADO””)

Hace ya unos meses, una docente del colegio donde trabajo nos compartió esta imagen:

Ya desde los inicios de mi carrera docente tomaba mis propios “apuntes” de los trabajos colaborativos realizados con mis alumnos en el pizarrón, como una ayuda memoria o para recuperar información necesaria para un nuevo abordaje del tema (tuve la suerte de tener siempre a mano una cámara digital, y ahora, con los celulares, ni hablar). La imagen compartida me hizo repensar la toma de apuntes… y ya desde el año pasado mis “notas fotograficas” las subo a nuestro blog de aula, para “compartir y archivar”. Este año, en primer grado, ya desde marzo se acostumbraron a este hábito (y suelen escucharse preguntas como “¿puedo sacarle foto al pizarrón?” “¿vas a subirla al blog?”)

Reflexionar sobre la toma de apuntes como práctica de escritura, desde su sentido social, los propósitos que lo orientan, las modaldidades diversas de toma de apuntes… y como, a veces, al escolarizarlo, lo desdibujamos y lo vaciamos de sentido hasta el absurdo.. me animé a intentar una dinámica en primer grado.

En el marco del proyecto de armado de una enciclopedia, estamos investigando la flora y fauna de ciertos ambientes de Argentina. Al abordar los (a mi parecere, maravillosos) “Esteros del Iberá”, y ya habiendo leído y compartido información -textual y audiovisual- de los mismos, encontré un video que me pareció significativo, aunque quizás algo largo para chicos tan chicos.

Por lo tanto, al anticipar el video que veríamos, hice éfasis en la intención de recuperar la información que consideraran relevante para el armado de nuestra enciclopedia, teniendo en cuenta que “va a leerla gente que quizás nunca oyó hablar de los Esteros del Iberá, y no sabe nada de ellos”. Inmediatamente, problematicé la situación. “El video es algo largo, y tiene mucha información que vamos a necesitar, pero ¿cómo podemos asegurarnos recordar y recuperar ese información?” Enseguida surgió la necesidad de “papel y lápiz”, de “anotar”, “escribir”. Entonces, entregándoles una hoja blanca A4, reformulé la indicación “en esta hoja podrán ir volcando la información que les parezca importante, de la manera que les parezca mejor, sugiero usar palabras o dibujos rápidos” (en cuanto a “DIBUJOS RÁPIDOS” surgió un debate sobre si colorear o no, y entre todos llegamos a la conclusión de que no convenía pintar durante el video, pues eso probablemente haría que perdieramos información valiosa, pero que luego de video podrían tener un rato para pintarlos)

Más adelante espero compartir un video donde los alumnos expliquen su estrategia de “toma de apuntes”. Mientras tanto, aquí van algunos de los apuntes, espero que reflejen la riqueza de la actividad (superó ampliamente mis expectativas)

Sugiero prestar especial atención a los números en los apuntes de uno de los alumnos… ¡Son las veces que apareció cada uno de los animales en el video visto! (¿Increíble, no?)

Para terminar, comparto un post que me resultó muy interesante, acerca del sentido social de las prácticas de lectura y escritura en la escuela primaria (especialmente en la alfabetización inicial)

NUEVOS TEXTOS, NUEVAS LECTURAS…

Empiezo este post con el entusiasmo de quien cree descubrir algo novedoso (al menos, novedoso para mí, y quizás a alguien más le sirva esta reflexión)

Hace un par de días estaba conversando con mi hermano cuando recibimos, en la misma cadena de “Watsapp”, un mensaje de difusión acerca de una descompensación del Papa Francisco, en la cual decían que el Papa tiene un solo pulmón… Enseguida nos miramos y nos preguntamos si sería cierto (la experiencia enseña que muchas cadenas son puro invento, solo spam)
Enseguida agarramos nuestros celulares y buscamos… Leugo de un interesante intercambio sobre cuales serian las palabras clave mas efectivas, no pude evitar asombrarme del TIPO DE LECTURA que, intuitivamente, realizamos…

Soy un convencida de que leer es mucho más que decodificar… No voy a profundizar, de todas maneras ya hay mucho escrito al respecto…

Lo que me llamó la atención fue el “escaneo” (o “skimming”) rápido que hicimos con mi hermano… ojeando los resultados devueltos por el buscador Google, sin ingresar a ninguno de los links, revisando a la vez la “fuente” de cada resultado -la URL del sitio web al que refería. Para explicarme mejor congelé la pantalla y marqué (en Paint jeje) las “señales” en las que nos basamos para verificar la información:

Busqueda en Google

Me pregunté cuan generalizada estará ya este tipo de lectura, dado a la exposición que hay frente a buscadores de Internet. Al día siguiente quedé asombrada mientras mi hermana menor, de 11 años, realizaba el mismo tipo de lectura, esta vez, averiguando nombres de personajes de TV para completar un Quiz (del tipo “logo quiz, pero con personajes y caricaturas)

En este caso, no resultaba necesario verificar las fuentes, y de hecho, únicamente ojeaba en busca de nombre propios…

busqueda en google2

Para leer más acerca de distintas modalidades de lectura, sugiero el siguiente artículo de http://www.psicopedagogia.com/

SIGNO MÁS, SIGNO MENOS…

Desde la primer semana de clases en primero trabajamos con señales, códigos que nos ayudan a identificar los distintos momentos del día escolar y sus respectivas pautas. Ya nombré las más utilizadas: play, pausa, silencio y “compartir/publicar”

Al resolver nuestra primer ficha individual (“prueba”) inventamos y dibujamos juntos los códigos que representarán las distintas pautas: “trabajar solito” “preparar los útiles de trabajo” “trabajar en silencio”…

Se imaginarán cuán rica habrá sido la construcción, estas semanas, de los signos (y las operaciones, en su vasto significado) “más” y “menos”, y el “igual”, por supuesto.

Con sus palabras trataron de explicar que significa, que busca transmitir cada uno de esos símbolos. Dejamos muy en claro que estos carteles (y conceptos) serán enriquecidos, modificados, ajustados a medida que pasen los años.
Por ahora, les dejo las conclusiones de alumnos de primer grado 🙂